En 2018, aparecieron en las escaleras de acceso al camarín unas grietas que visibilizaban los movimientos de unos muros de carga que hicieron que saltaran las alarmas en torno a este enclave del santuario.
Las obras, se han centrado principalmente en el exterior del santuario y el acceso al camarín. / TRAX |
La restauración del retablo mayor del Santuario, ha acaparado el centro de las atenciones, en primer lugar, por la grandiosidad de la obra y su resultado y por ser más visible a los ojos del utrerano que se acerca al templo para contemplar a la Virgen de Consolación. A pesar de esto, no ha sido la única intervención acometida en la iglesia de la patrona, puesto que casi de manera simultánea, el santuario a recuperado el esplendor del camarín y sus accesos que a mediados de 2018 veía como los movimientos de sus muros hacían peligrar la entrada a este emblemático lugar que cobija a la del barquito en la mano.